sábado, 8 de mayo de 2021

 LA TOSFERINA ( continuación )




Epidemiología

Se considera una enfermedad endémica, que cursa con brotes epidémicos cada tres o cuatro años de manera estacional, especialmente en invierno o primavera. Ni haber padecido la enfermedad ni la vacunación proporcionan inmunidad permanente,  por lo que son frecuentes las reinfecciones. Supone una de las principales causas de muerte prevenibles por vacunación de todo el mundo.

Se ha podido observar en los últimos años un resurgir de la tos ferina, incluso en los países con cobertura en su calendario vacunal. Por ejemplo, en los Estados Unidos desde los años ochenta se han registrado brotes sucesivos con más de cuarenta mil casos en 2.012. Según la Organización Mundial de la Salud cerca de doscientos mil niños menores de cinco años murieron en el año 2.008 por esta enfermedad.

En España, desde 1.082 se considera una enfermedad de declaración obligatoria. Como la infección es especialmente frecuente y grave en niños de pocos meses de edad, se iniciaron programas de vacunación en mujeres embarazadas en las semanas finales de la gestación, a fin de conferir inmunidad a los recién nacidos. Se ha observado en nuestro país un patrón  epidémico cíclico, con incremento progresivo en incidencia y mortalidad a partir de la década de 2.010, sobre todo en niños menores de tres meses. En esta edad se ha constatado una letalidad de cinco pequeños pacientes cada año.

Hay que tener en cuenta que la enfermedad está posiblemente infradiagnosticada, sobre todo en adultos, debido a la escasa sospecha clínica. Se piensa comúnmente que es una patología casi inexistente y que afecta sólo a niños. Por ello, la carga real es seguramente mayor que la indicada en los datos de vigilancia epidemiológica.

La tosferina se transmite por contacto directo con secreciones respiratorias o salivares. Se considera una enfermedad muy contagiosa, sobre todo en su fase catarral inicial. Una persona es contagiosa desde el inicio de esta fase  hasta las dos semanas de comienzo de los cuadros de tos paroxística. También existen posibilidades de contagio después de iniciado un tratamiento antibiótico eficaz. Se estima que la base de afectación es de alrededor de 90 % de contactos no inmunizados en el mismo domicilio.


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