jueves, 20 de mayo de 2021

 CÁNTARO HECHO TIESTO, OTRO A SU PUESTO



Es un dicho de mi tía Floripe  y de muchas " gatas " de Cereceda.

Las cántaras eran el medio ideal de transportar el agua de las Fuentes, la Fuente Chica del Chapatal y la Fuente Grande de La Esquina, hasta las cocinas.

En la cocina descansaban, llenas o vacías, en la cantarera, hasta que " un buen día " se rompían. " Se rompían " de forma impersonal porque muchas veces nadie sabía ni cómo ni cuándo la cántara " se había roto."

Pero había una nueva " vida " para ella convertida en tiesto. 

Se traía tierra del huerto, se le añadía estiércol del corral y ya estaba el tiesto. Había estiércol para elegir : de las vacas, de la burra, de las cabras, de las ovejas y hasta de las gallinas.

La cántara vieja servía de adorno en el portal con flores secas o con flores de San Juan cogidas en la ladera o con una maná de romero, de orégano o de manzanilla.

En Cereceda todas las cosass tenían dos o tres vidas, pues, si terminaba la vida para la que fué hecha, se podría destinar a otro fin, e, incluso, " aprovecharla pa una manta de tiras o pa la lumbre." decía mi abuela Fausta.

Foto  google.com


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