ACEPTA CONSEJOS SI QUIERES LLEGAR A VIEJO

Ese refrán se lo escuché muchas veces a mi abuelo Matías y a todos sus amigos y vecinos del Altozano.

- ¿ Cuántos consejos debo aceptar ?, le pregunté a mi abuelo.

- Todos los que te gusten o todos los que te digan personas que sean más inteligentes que tú, o que hayan " corrido mucho mundo ",

Para mi abuelo Matías " el mundo se extendía desde Béjar hasta Ciudad Rodrigo y desde Ciudad Rodrigo hasta Béjar ".

A mí siempre me ha gustado escuchar los consejos de cualquier persona que entienda más que yo de esa materia.

Una tarde, sentado en un banco de la calle en la que vivo, estuve un rato escuchando la conversación de dos mujeres sobre los estudios de la " gente menuda ".

Yo en ningún momento tomé parte en la charla porque ellas estaban a la otra punta de un banco de cemento bastante largo.

Me maravilló la facilidad con la que una mujer daba consejos a la otra sobre " cómo entretener a los nietos en las horas de la tarde que dedicaban a hacer los deberes hasta la " recogida " por parte de sus padres ".

Cuando la consejera abandonó el banco , yo me levanté y le pregunté a la otra mujer cuál era la profesión de su amiga.

Ella sonriendo me dijo " consejera ", se dedica a dar consejos de cualquier materia. Fíjese, me ha estado dando consejos de lo que debo hacer con mis nietos cuando los recojo del colegio y les doy la merienda y les ayudo con los deberes hasta que llegan sus padres. Pues mi amiga Juana, a la que llamamos " la  consejera ", está soltera y su profesión ha sido vender fruta y verduras  en un " puesto " de la plaza del mercado.

Esa  " consejera " se parecía a mi abuelo Matías cuando me daba consejos sobre " las mozas de la capital ",  y sus dos mujeres habían sido mi abuela Isidra de Cereceda y la abuela Águeda de La Bastida.

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