EL REBUZNO DEL " CABALLO "
El señor Santiago, un gitano que subía de Ciudad Rodrigo a Béjar y que bajaba de Béjar a Ciudad Rodrigo, le ofrecía un burro como un caballo cuando le quería vender un burro, mejor, cuando le quería cambiar " la burra que sabía latín " por un burro grandote.
El burro era grandote, parecido a un caballo.
Yo le dije a mi padre que no hiciera el cambio aunque fuera " pelo a pelo ", es decir sin que ninguno de los dueños tuviera que entregar una cantidad de reales al otro.
El gitano seguía alabando las virtudes de su burro para convencer a mi padre de las bondades del cambio.
- A este burro le pone usted, señor Cándido, tres pellejos de vino sobre el lomo y se los trae de San Martín sin enterarse. Tendrá que pararlo porque si no llega a la casilla " Arrumuerto " antes que usted.
Mi padre seguía defendiendo las bondades de su burra y no quería el cambio.
- Le ofrezco a usted, señor Cándido, treinta reales si hacemos el trato.
Entonces apareció mi madre y se acabó el trato.
- Mire, señor Santiago, pa subirme a ese burro necesitaré una escalera. Y, si me caigo, me rompo la mi cabeza.
- Señora Constantina, este burro está mu bien educao y es mu noble. Si parece un caballo, le replicó el señor Santiago.
Mi madre acabó la conversación con el título del artículo : " Señor Santiago, su burro puede parecer un caballo, pero tarde o temprano roznará ".
Foto pinterest.es
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