domingo, 3 de septiembre de 2023

 EN LA CASA DONDE HAY UN VIEJO, no faltará consejo








Otro refrán dice : Del viejo, el consejo.

Durante algunos años, como era tradición en Cereceda, mi abuelo Matías que era mi único abuelo porque mi abuelo paterno falleció muchos años antes de mi nacimiento, vivía " a meses ".

Vivir " a meses " significaba que esa persona vivía un mes en casa de cada uno de sus hijos.

Esta forma de vida para los " gatos " o las " gatas " ancianas era normal porque en aquellos años los hijos vivían en Cereceda.

Cuando comenzó la emigración, las familias procuraban ponerse de acuerdo para " asistir " al abuelo o a la abuela en la época que mejor les venía.

Después llegó la costumbre de llevarse al familiar a la ciudad o al lugar en el que vivían sus hijos aunque eso suponía que el " a meses " se cambiara por el " a trimestres o a cuatrimestres ", es decir a tres meses o a cuatro meses. 

Se buscaba que la zona de España a la que se trasladaba el " gato " o la " gata ", fuera la más adecuada según las estaciones del año.

Luego " nacieron " las residencias para mayores " y toda la teoría " gatuna " se vino a pique.

Recuerdo los años en los que mi abuelo Matías pasaba un mes cada pocos meses en casa de mis padres.

Yo era su mejor compañero y quien mejor lo entendía,

¿ Razones ?  Muy sencillas :

. Yo escuchaba todo lo que me contaba.

. Yo me creía todo lo que contaba y eso lo hacía feliz.

. Yo le pedía, cuando lo veía " en baja forma " , que me contara sus victorias con el marro en la mano durante las fiestas de los pueblos.

Aquellas charlas, a la lumbre o en el huerto de casa, me enseñaron " miles de cosas " sobre Cereceda y sus gentes y su ganadería.

Además me enseñó la " gramática parda " de los tratos ganaderos, de compra y venta, con chalanes y tratantes y gitanos.


Foto  Google.com



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