EL VINO CON MIEL SABE MAL y hace bien.
Mi madre era muy " aficionada " a este remedio contra el catarro.
Ahora que llegan los primeros fríos y las primeras mojaduras conviene ir conociendo remedios que no sean los medicamentos de la farmacia.
En la taberna de mis padres el vino era el elemento principal de la misma. Siempre había, por lo menos, un pellejo sin empezar. Porque mi padre compraba el vino en los pueblos de la Sierra y lo transportaba hasta Cereceda en una burra y en pellejos.
- Al vino no se le puede echar agua porque " esbarata " los pellejos. Una vez que se saca a damajuanas, ya se le puede añadir agua " siempre que sea en domingo, durante la misa, y cuando suena la campana anunciando el momento de la Consagración ", decía riendo mi padre.
Mi madre ponía un vasito pequeño de vino en una cazuela y lo arrimaba a la lumbre para calentarlo porque el butano llegó a mi casa cuando mis padres ya habían abandonado el oficio de taberneros.
Después lo " quemaba " como si fuera la " queimada gallega ".
Ese vino sin alcohol era el que ponía en un vaso y todavía caliente le añadía miel " jurdana ".
Ese remedio lo tomé yo muchas noches antes de acostarme en cuanto el catarro se aproximaba por mi casa.
Foto Google.com El vino tinto y la miel jurdana.
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