LA MEMORIA DEL AYER
Lo que ustedes ven y que tiene la apariencia de agua, no es agua.
Son recuerdos.
Siguen el mismo banco de hierro y madera, la misma " vieja " farola " y el mismo cielo.
Y la pareja son las mismas personas : Ayer jóvenes y hoy . . . con el pelo cambiado de color, culpa del paso de los años.
Como decía la señora Undina, " gata " con fama de casamentera - que es el nombre que le daban en Cereceda a La Celestina - , " todas nos hacemos viejas menos el amor de los enamorados ".
Estos enamorados han visto el cambio de sus nombre con el paso de los años : A ella la llamaban Rosina y hoy sus antiguas alumnas la llaman Doña Rosa. A él lo llamaba su familia Juanín o Juanito y hoy, convertido en un médico jubilado, sus " pacientes " lo llaman Doctor o Don Juan.
Las " gatas " viejas me han dicho muchas veces " el mi Serafín y yo nos queremos hoy mucho más que cuando éramos jóvenes ".
Aquellos dos " tortolitos " - que se decía en mi pueblo - han dejado de " volar " y él apoyado en un bastón y ella agarrada a su brazo, caminan despacio, desde la plaza a su casa, y desde allí hasta el parque y, junto al río, sentados en el viejo banco de hierro y madera, se hablan " en silencio " que es el principal lenguaje de " gatos y " gatas " de antaño y de hogaño.
Foto pinterest.es
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