EL ANGÜEJO
Con ese nombre conocí yo la planta denominada el ombligo de Venus porque ese era el nombre que le daba mi madre,
- Sal al huerto y en la pared, al lado del pozo, coge unos cuantos angüejos para ponerlos en la herida que tienes en la rodilla.
El ombligo de Venus se cría en los lugares húmedos : paredes, tejados o piedras de montaña.
En algunos pueblos lo denominan oreja de fraile, gorro de sapo, sombrerito y los jurdanos y los habitantes de Sierra de Gata lo denominan basilio y ambuejo, de donde se deriva la palabra angüejo con la que lo refería siempre mi madre.
Las hojas del angüejo son comestibles y se preparan en ensalada.
Yo nunca las vi preparadas para comerlas en mi casa.
Pero mi madre las utilizaba para curar las heridas y, sobre todo, para mis sabañones.
Yo salía al huerto de casa y en la pared que limita con la cortina de Feli y en las piedras que rodean el pozo cogía unas pocas hojas, las más grandes, para que mi madre me las pusiera en los dedos.
Mi madre les quitaba una piel muy fina y brotaba un agüilla. Colocaba la hoja sobre mi sabañón y lo cubría con una tira de un trozo de sábana.
Ese remedio " casero " mitigaba el picor de mis sabañones, aunque me impedía hacer buena letra en la pizarra de la escuela o escribir los números en las cuentas de dividir con las que D. Lamberto me " regalaba " cada mañana.
Los angüejos crecen " apiñaos " y en verano se desaparecen pero quedan las raíces que sirven de asentamiento y de cohesión de las piedras de la pared, además de adornarla con las hojas verdes y las flores.
Fotos google.com
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