EL INVIERNO NO HA PASADO si abril no ha terminado
Es un refrán oído cientos de veces en la taberna de mis padres en Cereceda.
La llegada del frío obligaba al tabernero a gastar carros y carros de raíces de Valdecarros, de la Monte la Rade o de los Fontanos.
Se necesitaba una buena lumbre - una " lumbrará " que decía mi madre - en la cocina.
Pero se necesitaban sacos de cisco en el corral para los braseros de la sala grande y de la sala chica.
En las tres camillas había que poner tras la comida un brasero de cisco y brasas de la lumbre. El brasero lo preparábamos antes de comer en el huerto y, una vez bien prendido, lo poníamos bajo las camillas.
La fiesta grande de Cereceda era San Marcos, el día 25 de abril.
Una fiesta que todos los años duraba tres días, y hasta cuatro días si caía cerca del domingo.
Los días de la fiesta los braseros casi no tenían tiempo de descansar pues la ceniza de uno servía para tapar el cisco encendido del siguiente porque la taberna estaba abierta desde la mañana de un día hasta la mañana siguiente.
Menos mal que mi padre compraba los sacos de cisco que hacían los mozos - los quintos que ese año se tallaban - con la hoguera de San Marcos, levantada en la Plaza.
En Cereceda el día de San Marcos era día de invierno.
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