UN FARO EN LA MONTAÑA
En las faldas de la sierra de Francia, cobijado bajo el manto de Nuestra Señora de la Peña de Francia, se levanta el Monasterio de Porta Coeli de El Zarzoso desde hace quinientos setenta y siete años.
Y en él, desde los principios, se venera el Santo Cristo de la Luz, llamado así desde aquel viernes 6 de febrero de 1.626, cuando entre siete y ocho de la noche se produjo el llamado " Milagro de la luz " salida del costado del Cristo, por cinco veces seguidas y que duró 22 minutos.
Fué contemplado por la Comunidad de Monjas Terciarias y testificado y certificado por el P. Vicario del convento.
Todos los pueblos de la comarca serrana de la Peña de Francia, lo han venerado secularmente con especial devoción y han celebrado su fiesta el 3 de Mayo, incluso con devotas romerías y peregrinaciones al Convento.
Con las modificaciones exigidas en cada momento por las circunstancias históricas, frecuentemente adversas, el Cristo de la Luz sigue iluminando la Sierra de Francia, suscitando la devoción de sus pueblos y de sus gentes.
Cada año la Comunidad de Monjas Franciscanas celebra gozosa su fiesta y hace partícipes de la misma a todos los devotos del Santo Cristo de la Luz.
Tras los dos años precedentes en los que la pandemia del covid-19 impuso sus restricciones sanitarias, este año - con las debidas cautelas aún - nos disponemos a celebrar su fiesta con la Concelebración Eucarística, Procesión y ofrendas, bailes serranos y charros, convite, . . . en las dependencias del Convento, todo posible gracias al trabajo y alegría de las Monjas y a la generosidad de los Mayordomos y del Ayuntamiento de El Cabaco, municipio en el que legalmente se inscribe el Convento.
Valgan mis palabras, como Delegado Episcopal de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y como Presidente de la Concelebración Eucarística de la Fiesta del Cristo de la Luz del próximo día 3, para invitar a todos los devotos, especialmente a los comarcanos, a acudir a esta Celebración llevando sus personas, familias intenciones y peticiones ante Él.
Nuestra devoción y presencia son la mejor forma de tributarle el homenaje de nuestro amor y el testimonio de nuestra fe.
Que el Santo Cristo de la Luz y Nuestra Señora de Porta Coeli nos bendigan y protejan siempre.
Ángel Olivera Miguel
Delegado Episcopal para la Vida Consagrada
Canónigo Lectoral Emérito de la Catedral de Ciudad Rodrigo
Foto Google.com
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