LA BUFANDA

En la bolsa, don Servando lleva, por lo menos, una bufanda.

A don Servando le gustan las bufandas.

Su mujer, dona Cristila, dice que a su marido las bufandas lo hacen " un hombre ".

Don Servando dice que un hombre sin bufanda es un hombre perdido en la niebla y el frío de la ciudad castellana en la que él siempre ha residido.

Don Servando nació en Salamanca y allí realizó sus estudios infantiles y juveniles.

La Plaza Mayor y la calle la Rúa lo vieron cambiar de pantalón corto a pantalón largo.

Pero siempre con bufanda, porque la bufanda " hace al hombre ".

Nunca llevó capa castellana porque " a nadie se le ocurre llevar bufanda con la capa ", decía.

Hoy, olvidadas las actividades académicas y la cartera de cuero - comprada en la Plaza del Corrillo - Don Servando " refugia " sus compras de bufandas en una bolsa de una tienda en la que " me conocen y me reservan las mejores bufandas ".

- Mi padre, que era funcionario municipal, siempre llevaba bufanda, incluso cuando no hacía frío, me responde a la pregunta sobre su " cariño " a la bufanda.

Y añade:

- Yo por respeto a mi padre siempre la llevo. 

Me quedo mirando su bolsa para intentar adivinar cuántas bufandas ha adquirido esta mañana, que en la  Ciudad Universitaria de Salamanca, han aparecido los primeros copos de nieve.

- Sí. Fué una promesa que yo le hice a mi padre cuando él me lo pidió.

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