NO LLENARÁS TU PANZA, si no haces matanza
" De todo " menos pescado que a mi padre solamente le gustaban las sardinas asadas, y eso, en los días muy fríos del invierno.
Para cualquier " gato " la comida favorita era el cerdo.
Los corderos o los cabritos eran un plato muy especial y para ocasiones especiales.
La carne de ternera era " rara " en su dieta.
Mejor no hablar de las aves de corral a las que mi padre desdeñaba porque " eso tiene mucho hueso y alimenta poco ".
Si bien " no le hacían ascos " a un arroz con pollo de corral..
Los garbanzos y las patatas eran alimento obligado, pero siempre con acompañamiento de los productos de la matanza.
" Si quieres llenar tu panza, tienes que hacer matanza ", le decían a los recién llegados al pueblo.
Había que buscar un corral o un chicorzo en el que criar un cebón - aunque fuera con patatas cocidas y remolachas - porque el invierno es muy largo - de diciembre a junio - y la matanza, bien administrada daba para muchos días.
El verano sin la despensa era impensable, y setiembre y octubre y noviembre eran meses de soñar con la matanza y de " aprovechar " lo que quedara del cebón.
Foto Google.com El momento de matar el cerdo y recoger la sangre para hacer la morcilla lustre.
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