DICIEMBRE MOJADO, enero helado
Este dicho lo decían todas las señoras " gatas ".
Ya he contado que la lluvia en diciembre esbarataba las matanzas porque la matanza necesita yelos que " pongan las calles para caminar descalzos."
Las calles de Cereceda eran de barro y el barro al helarse se endurece de tal forma que aunque camines descalzo no te manchas los pies.
Ellas decían que había que trasladar la matanza a enero porque " diciembre mojado, enero helado ".
Si las lluvias aparecían en los días de vacaciones, las matanzas empezaban en Reyes y ya había que regresar a la escuela.
Aquellas familias que tenían los hijos estudiando en la capital, se enfadaban con el tiempo porque la matanza era la fiesta tradicional de reunirse la familia.
Algún año - lo he contado - el día 1 de enero aparecía una capa de nieve helada en la Plaza del pueblo que impedía hacer la procesión de los muchachos con el Niño Jesus que había en la iglesia parroquial.
La ventaja de hacer las matanzas en Enero era que venía la luz eléctrica.
El viento, la lluvia y la nieve de diciembre " tiraba " los postes de madera y no había luz y " hacer la matanza a la luz de los candiles no es matanza ", decía mi madre.
En Enero hacía sol y cielo limpio por el día y por la noche anuncio de buenas heladas y más tranquilidad con la luz eléctrica.
En San Pablo - el 15 de enero - siempre teníamos luz y yelos y frío y productos de la matanza " recientes ".
Foto Google.com El río de la Azebea.
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