¡ PARA EL CARRO !
Una frase propia de los hombres de Cereceda.
Se podría pensar que era una orden que se daba a la persona que llevaba el carro tirado por las vacas a alguna tierra o a algún linar, pero nada más lejos de la realidad.
Era una expresión pronunciada en la taberna, en la plaza, en la calle, en la poza o en el juego pelota.
- Mira, Manolo, estás diciendo un montón de burradas. No me creo nada de lo que dices del cabrero. ¡ Para el carro !. Que te estás inventando historias de lobos. Te pareces al tío Nicomedes, que cuando volvía de cazar por la sierra, contaba las perdices por cientos y las liebres por docenas.
- Hoy le he tenido que llamar la atención al muchacho de la Melchora en el juego pelota. Se ha puesto a decir partidos que él ha ganado y no ha dejado pueblo en el que no haya ganado. Yo le he dicho : ¡ Para el carro !. Que yo recuerdo que un año el día de San Marcos la pareja del Colorao y Titín de Garcibuey os dieron una paliza que todavía tienes los callos en la mano. ¡ Que no le devolvíais ni un saque !. Y tú presumías de que " a esos les damos diez y raya ". ¡ Si estuvísteis Carpín y tú un mes sin aparecer por el juego pelota de la vergüenza que os daba!.
Cuando alguien iba aumentando los " disparates " o las exageraciones, alguno de los oyentes siempre le mandaba " parar el carro " porque peligraba la carga que llevaba, puesto que podía " volcar el carro."
Foto pinterest.es Carro de vacas cargado de heno.
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