DERRAMAR VINO, BUEN DESTINO; derramar sal, mala señal.
Recuerdo una anécdota de la taberna de mis padres.
Un grupo de mozos se reunieron a cenar porque esa mañana - mañana de domingo - los habían tallado en el ayuntamiento. Desde ese momento ya pasaban a la categoría de mozos y " ya podéis fumar delante de vuestro padre, porque ya sois mozos, " les dijo mi padre.
Al sentarse a la camilla de la sala para comer el cabrito que mi madre había guisado, yo caí sin querer una copa con vino. Algunas gotas le llegaron a uno de los mozos. Como yo era un niño, no se enfadó. Mi madre le limpió las pequeñas manchas de vino tinto con un trapo " untado " en vino blanco que, según mi madre, " las manchas de vino tinto se quitan con vino blanco."
Mi padre se acercó a la mesa y le dijo . " derramar vino, buen destino ". Verás como tienes suerte y te toca hacer la mili en Salamanca.
Todos aplaudieron porque la novia de ese mozo estaba viviendo con sus padres en Salamanca, aunque antes había vivido en el pueblo.
Años más tarde, a mi regreso de estudiar el bachillerato en Extremadura, aquel mozo, ya felizmente casado, me dió un abrazo y me dijo : trae un vaso de vino y tírame algunas gotas por la camisa. ¿ Te acuerdas que me manchaste la camisa el día de " tallar a los quintos " ?. Hice la mili en Salamanca, me he casado y ahora espero mi primer hijo. Mi mujer y yo queremos que sea niño, y tu padre dijo " derramar vino, buen destino ", y, a lo mejor, se cumple.
" Derramar sal, mala señal " es una frase que García Lorca, el poeta granadino, conocía y la puso en La casa de Bernarda Alba:
AMELIA . - ( A Magdalena ) ¡ Ya has derramado la sal !.
MAGDALENA . - Peor suerte que tienes no vas a tener.
AMALIA . - Siempre trae mala sombra.
( La casa de Bernarda Alba. Acto tercero ).
En las casas de Cereceda se consideraba de mala suerte derramar la sal fuera de la comida, aunque a la hora de " echar en sal los jamones " la sal caía a " puñaos " al suelo.
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