QUIEN A SU TIEMPO DESCANSA, rinde doble y no se cansa
Así dice el refrán que me enseñó el tío Eugenio, a quien yo siempre llamé el señor Eugenio.
Era amigo de mi abuelo Matías y vivía cerca del Altozano en la bajada al puente de la Cuesta.
Además su hija Cecilia era muy amiga de mi madre. El señor Eugenio tenía otras dos hijas - Balbina y Choni - y dos hijos - Isaac y Daniel.
Era experto conocedor de todas las yerbas útiles que había en el término municipal.
Siempre llevaba un saco al hombro para recoger yerbas, que " daba de comida " a vacas, burra, cabras ovejas y gallinas, y utilizaba también en las enfermedades que aparecían en el pueblo entre las personas.
Recuerdo que un día que mi madre y yo estábamos segando a la Puente San Martín y le preguntó a mi madre si ya nos íbamos para casa porque hacía mucho calor, mi madre le respondió que teníamos que acabar la tierra.
Él con enfado le dijo: " Constantina, quien a su tiempo descansa, rinde doble y no se cansa ".
Mi madre le hizo caso y nos fuimos para casa a comer y a descansar y, a la tarde, volvimos a segar, y terminamos la tierra.
Hoy, cuando trabajo en mi huerto, recuerdo el consejo del señor Eugenio y, descanso un poco, para seguir más tarde la tarea.
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