ENCELLA
Antier acudí a comprar a una tienda de comestibles.
El propietario es amigo mío y presume de ser castellano, aunque nunca me ha dicho si es de Castilla la Vieja ( Ávila, Segovia, Soria, Logroño, Palencia, Burgos y Santander ) o de Castilla la Nueva ( Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara ).
Tenía unos quesos " tiernos " y unos requesones a la venta.
Me ha llamado la atención que, junto a ellos, tenía unos aros de metal y otros de castaño para hacer los quesos, como los que tenía mi madre, y también alguno de mimbre.
Para hacer los requesones mi madre tenía unos pequeños vasos de barro con la boca más ancha que el culo y con agujeros. Se los había comprado a los " puchereros " de Tamames.
Le he preguntado a mi amigo por los moldes de hacer los requesones.
- ¿ Las encellas ?, me ha preguntado.
Yo he abierto los ojos al escuchar la palabra " Encella " pues nunca la había escuchado en Cereceda.
Mi madre los llamaba los vasos o los moldes de los requesones.
Mi amigo me ha preguntado si he leído El camino de Miguel Delibes y, sin esperar mi respuesta me ha dicho " "Allí está esa palabra ". Y riendo ha buscado una página del libro, que tenía en un viejo cajón de guardar las pesetas, y ha leído en voz alta " su padre iba a romper un plato o una encella de barro como siempre que se enfadaba "..
- Recuerda, profesor, me ha gritado, encella en la página ciento ventiuno.
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