domingo, 28 de enero de 2024

 EN  DESPENSA  LLENA, pronto se guisa la cena.






En Cereceda cenábamos patatas todas las noches del año, a excepción de alguna fiesta " de renombre ".

Eran patatas cocidas a la lumbre en puchero de barro, unas noches con caldo y otras noches " esbaratás ".

Tras ellas llegaban los torreznos de tocino frito, a los que se unían los trozos de tocino cocido que hubieran sobrado del mediodía.

Esa cena era para primavera, otoño e invierno, porque en verano no se encendían las lumbres ni se pelaban patatas porque " no había tiempo ".

En verano la cena era " de crudo ", decían las " gatas ".

Se entraba a la despensa con el cuchillo y chorizos, lomos, bandujos y jamones notaban que el frío de la hoja del cuchillo se acercaba a ellos.

Un pan entero sobre la mesa y el plato con las " tajás " era una buena cena.

A esta cena fría se le unían las latas de kilo con sardinas o con escabeche que era un " manjar " apetitoso para los " gatines ".

El final de la cena era lo mejor : una fuente de leche migá, leche de cabra cocida al mediodía y volcada sobre una cazuela de sopas de pan, y lo más fría posible.

¡ Buen provecho ! . . .  y a la cama que mañana hay que madrugar,


Foto  Google.com

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