lunes, 8 de enero de 2024

CUANDO FUERAS DE BODA, deja puesta la olla







Este es un refrán de antaño y que en mi niñez todavía se podía escuchar a alguna " gata " entrada en años.

Una de esas viejas " gatas " me contó que un amigo de su padre invitó a toda la familia a la boda de una hija. En su casa determinaron que fuera ella a la boda y en nombre de la familia entregara un regalo al nuevo matrimonio en el momento de la " espiga ". Ese día estrenó un vestido nuevo y con la burra se acercó hasta el pueblo de la novia en el que se celebró el matrimonio. Luego fueron al pueblo del novio que estaba a pocos kilómetros, y allí se celebró el convite nupcial. Ella dijo que no sabía si era porque había aumentado el número de invitados o por tacañería, lo cierto es que el convite fué escaso y ella volvió al pueblo cansada, con heridas de los zapatos en los pies y con bastante hambre.

- Otra " gata " me contó que su marido y ella acudieron en la burra a una boda a un pueblo del Campo Charro y todo eran felicitaciones y parabienes hasta que llegó el convite. Ahí se vió que la carne era poca y el pan menos. Ellos regresaron a Cereceda con la promesa de agradecer la invitación a boda en pueblo forastero, de dar poca espiga y de quedarse en su casa.

El refrán dice que, aunque es fama que en las bodas hay un buen banquete, en algunas era mejor dejar preparada la olla de casa para comer a la finalización del festejo.


Foto blog Pataloso   Vidriera de la iglesia de Cereceda con los símbolos del matrimonio.

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