¿ A ÓNDE VAS ? ¡ SIÉNTATE UN POCO !

- ¡ Deja en el suelo ese puñao leña que traes a la espalda y siéntate un poco a descansar !.

-  ¡ Que no, mujer, que ya me llego hasta la mi casa !

Este es el diálogo entre Mica - se llama Micaela pero su abuela la empezó a llamar Mica y Mica se ha quedado - y Rufa - se llama Rufina pero siempre la han llamado Rufa " porque a la gente de los pueblos le gusta acortar los nombres ".

Cuando un " gato " o una " gata " cruzaba por la Plaza con una " carga " que podían ser dos lechugas del su huerto o una cesta de huevos recogidos de las sus gallinas en la nave donde las tiene o una " carguilla " de rozaduras para encender la lumbre y el horno, los que estaban sentados - unos días al sol y otros días a la sombra según la estación del año - le pedían siempre que se parara a descansar un " poco " y a darles conversación mientras tanto.

Pero quien iba con la carga se negaba a pararse con cualquier disculpa.

- " Mira, no puedo porque me espera la mi mujer " o " ya me gustaría pero luego tengo que ir al huerto del Corral de las Vacas a regar".

En la Cereceda de mi niñez los vecinos tenían menos prisa, y podían pararse sin que se les suplicara la parada, y las vecinas se sentían felices de charlar un rato con alguien porque, aunque en aquellos años se hacía " mucha vida en los linares y en las tierras y en la dehesa " y muy poca vida en las calles del pueblo, una invitación había que aceptarla.

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