¡ QUE NOS ABRAN LA ENGARILLA !
Desconozco si los cuatro son familia.
Tampoco soy capaz de diferenciar si los dos de los extremos son parientes o de diferentes familias.
En Cereceda diríamos que los cuatro buches - nombre que damos a las crías de la burra - tienen ganas de salir del " cercao ".
Han colocado sus cabezas por encima de la pared, una buena pared de piedras gordas entre las que han nacido las matas de espinos o de yerbas porque las paredes de los " cercaos " estaban hechas sin argamasa.
En los " cercaos " los buches corrían, saltaban, " triscaban " , se revolcaban y se entretenían como " buenamente podían " porque la hierba escaseaba. Los " cercaos " eran tierras improductivas con algún bardón y algún roble " reviejo " que les servía de sombra a los animales.
En la parcela de al lado hay otros animales, quizás marranos tomando el sol a los que ellos envidian porque en algunos cercaos había una pila de piedra de cantería o hecha del tronco de un roble, en la que las " gatas " echaban una lata de cebada a la familia porcina para que no estuvieran todo el día gruñendo.
Vi muchas tardes alguna burra y su cría con la cabeza apoyada en la pared a la espera de que algún " gatín " acudiera, a la salida de la escuela a las cinco de la tarde, hasta la portera y la abriera y pudieran emprender, a trote largo y sin detenerse por el camino, el regreso hasta el corral.
En el corral les esperaba la cena.
Foto pinterest.es
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