ENGOLONDRINARSE
. Encapricharse, prendarse de alguien.
En Cereceda se decía este verbo por las señoras " gatas " cuando una moza se encaprichaba de un mozo y su familia procuraba quitarle ese " novio " de la cabeza.
- La hija de la Belinda dice la su madre que se ha engolondrinao de un mozo de Cabrillas y que no hay quien se lo quite de la cabeza aunque toa la familia le ha dicho que ese mozo no le conviene, que ha tenío mozas en media provincia de Salamanca y se ha reído de toas.
En los pueblos pequeños todas las vecinas intentaban que ninguna moza se escapara del pueblo. Era una forma de mantener los habitantes y los " cargos " que el tiempo y la emigración se han llevado por delante.
El párroco, el médico, el veterinario, el maestro y la maestra, el secretario eran personas que daban prestigio al pueblo y mantenían la unidad de las familias.
Si un mozo del pueblo se quería casar con una moza de otro pueblo les parecía bien porque - seguro - el matrimonio viviría en el pueblo del novio.
A los mozos de pueblo les " desagradaba " y a su familia también casarse con una moza de la capital porque " no conocemos a su familia, y seguro que no sabe atender el ganado y trabajar en los linares ", decían las vecinas.
Por esa razón, cuando un mozo se engolondrinaba con una moza " de fuera " no había problema, pero si el engolondrinamiento era al revés, todas las mujeres del pueblo intentaban quitárselo de la cabeza a la moza casadera o, incluso, " pasada de años ", para que no abandonara su pueblo.
Esa norma " valía " para Cereceda y para todos los pueblos pequeños de la provincia de Salamanca.
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