BREZO
Arbusto de la familia de las Ericáceas, de uno o dos metros de altura, muy ramoso, con hojas verticales, flores pequeñas de color blanco verdoso o rojizas, madera muy dura y raíces gruesas.
Se utilizaba para hacer carbón para las fraguas y pipas para los fumadores.
La frase " ¡ menudo brezal ! " la escuché muchas veces en boca de los cazadores cuando el domingo por la noche se acercaban a la taberna para contar sus " andanzas " cinegéticas por la Sierra de Cereceda.
En el brezal abundaban las perdices a las que perseguían sierra " alante " hasta la raya de Zarzoso, limitada con una pared de piedra sin argamasa.
Los brezos de la sierra irán unidos a la vida de muchas " gatas " porque las escobas de barrer en la era y de balear la parva en la limpia eran de brezos.
Para los " gatos " los brezos - las cabezas de los brezos - van unidos a la " lumbrará " que el tío Manolo el herrero y el tía Paco el carpintero y su hermano hacían junto a la Poza para meter los aros.
Las cabezas de los brezos daban un calor especial, capaz de poner al rojo vivo los aros de hierro que se colocaban alrededor de las ruedas de madera de los carros.
" Meter los aros " era un acontecimiento infantil al que acudíamos al salir de la escuela y allí permanecíamos recibiendo los sermones del herrero y del carpintero hasta que tocaban al Rosario.
El sermón siguiente era en la cocina de casa porque se nos había olvidado ir a buscar agua, esperar las cabras y ordeñarlas.
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