UN PERCHERO PARA BOTAS KATIUSKAS
En Cereceda usábamos las botas katiuskas en invierno y en verano cuando teníamos que ir a regar a los huertos y a los linares.
Mi madre nos obligaba a dejar las botas en el corral o en el cuarto de las patatas.
Estaba prohibido entrar en casa con las botas puestas.
Ya he contado que en mis vacaciones veraniegas me he encontrado a alguna señora " gata " con las botas katiuskas en la mano, en compañía de la azada, el sombrero, la herrada de sacar el agua del pozo y unos frejones o alguna patata " nueva " que estorbaba a la hora de abrir la boca de los surcos de los canteros para regar.
- Me llevo las zapatillas puestas y las katiuskas en la mano porque me da vergüenza cruzar la plaza con las katiuskas puestas. Los veraneantes te miran como si fueras una extraterrestre. Esos hombres y esas mujeres que tanto se escandalizan con mi calzado, iban a la escuela con abarcas, pero ahora llevan zapatos hasta para ir al bar de Flores.
Hoy traigo esta foto para que en algunos garajes - hoy los corrales son garajes - monten un perchero en el que colocar las botas katiuskas.
Foto pinterest.es
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