POR SANTIAGO ESCONDE EL CONEJO EL RABO, ( por el calor y para cuidar sus crías ) y por San Miguel se le vuelve a ver.
En el corral de mi casa, la taberna de Cándido y Constantina en Cereceda, tuvimos durante unos años conejos y conejas que " traían crías cada dos por tres ", pero les entró la enfermedad, y se murieron todos.
Cuando llega Santiago los conejos esconden el rabo porque están refugiados a la sombra y protegen a sus crías escondidos en sus madrigueras.
A los conejos les gusta presumir de su rabo cuando están descansando o vigilando fuera de la madriguera.
Por esa razón cuando llegan los días de calor se esconden y su rabo desaparece de la vista.
El conejo tiene un abrigo excelente que debe llevar todo el año. Una pena que no haya peluquerías para conejos en las que se pondrían en fila a contar aventuras a la espera de que la máquina y la tijera les dejara libres del " abrigo " durante los días del verano.
En sus madrigueras subterráneas tienen un termómetro que los mantiene a igual temperatura cuando aprieta el calor o cuando el frío y la nieve los obliga a estar escondidos.
Una vez acabado el verano, los conejos vuelven a corretear y su rabo, levantado apuntando al cielo, es muestra de su felicidad.
Fotos Google.com
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