LOS BANDOLEROS DE LA TABERNA
En mi niñez se hablaba de bandoleros en la taberna de mis padres.
Yo escuchaba " embebido " el relato de quincalleros y " mercachifles - así los llamaba mi tía Floripe - que contaban " hazañas " de esos personajes que se movían por Sierra Morena.
- Yo estuve en un pueblo de La Mancha en el que me contaron que algunas noches se acercaban los bandoleros a comprar vino a la taberna, decía el señor Moisés. El señor Moisés se movía por " media " España en su bicicleta y bajaba hasta Jaén y Córdoba, tierras de bandoleros.
Allí escuché el nombre de Luís de Vargas y la frase " echa vino, tabernero, que lo paga Luís de Vargas ".
Como en Cereceda no había vecino alguno con ese nombre y ese apellido, le pregunté al cabo Juan y él me respondió que Luís de Vargas era un bandolero que, cuando llegaba a una taberna, invitaba a todos los que estuvieran en ella a cambio de información sobre las diligencias o correos o carruajes que cruzaban Sierra Morena.
Recuerdo todavía, aunque han pasado más de 70 años, los nombres de los siete miembros de su cuadrilla : Tragabuches, Juan Repiso, Satanás, Malafacha, José Candio, el Cencerro y el capitán, Luís de Vargas.
A Cereceda llegaba también algún vendedor de pliegos sueltos con romances de bandoleros y se quedaban a dormir en la posada.
Mi padre les hacía un precio especial y, a cambio, le regalaban romances que a mi me gustaba aprender de memoria para recitarlos en la escuela.
D. Lamberto me decía que eran " hazañas " inventadas por la fantasía de las gentes de los pueblos y que muchas personas de las que hablaban los romances no existían.
Una desilusión para mi imaginativa mente infantil.
Foto Google.com
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