EL AGUA SE ABRE CAMINO
Cuando caía la nieve sobre la regadera que llevaba el agua de Fuente Grande hasta la Poza, tardaba bastante tiempo en cubrirla pues los copos se deshacían sobre el agua.
La llegada de la noche, el titilar de las estrellas del Camino Santiago y la heladora helada vencían al agua de la regadera.
El agua se congelaba y poco a poco la nieve aumentaba de tamaño engañando a personas y a animales. Si pisabas en la regadera las albarcas se hundían y notabas el agua por entre los calcetines de lana.
El agua se colaba bajo el hielo cuando el sol lo deshelaba, oculta bajo la capa de nieve.
Ese trabajo duraba un día o dos. si a la noche siguiente volvía a helar.
Al fin la nieve se derretía en la zona de la regadera y los animales : liebres o conejos o jabalíes dejaban la marca de sus pezuñas junto a la regadera.
El misterio del paisaje helado a La Piñuela desaparecía.
Entonces aparecían los cazadores que podían seguir el " rastro " de las liebres hasta el albañal de algún linar de la Huerta García o hasta el albañal de algún " prao " de Los Terronales.
Un saco viejo era el escondite en el que la liebre o el gazapo llegaban hasta el puchero o la sartén que los esperaba junto a la chimenea en la lumbre de la cocina.
Eran " cosas " que pasaban, durante los fríos inviernos de mi niñez, en Cereceda.
Foto pinterest.es
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