DÍA NUBLAO, ENGAÑA AL AMO Y AL CRIAO

Durante los meses de invierno, el trabajo disminuía en Cereceda.

El ir a hoja o a gelechos era el trabajo preferente. A él se unía el ir a raíces.

Eran estos tres trabajos quienes entretenían a los " gatos " porque las " gatas " dedicaban muchas horas a trabajar la lana de las sus ovejas, a preparar la comida y a criar corderitos, chivines y garrapines.

Las crías pequeñas de la ganadería familiar exigían la atención necesaria " para sacarlas alante en mañanas de hielo y nieve y frío ".

Mi padre abría la puerta de arriba del corral - " pa que sepan que no nos hemos muerto esta noche ", decía - y miraba calle Larga arriba y calle Larga abajo para adivinar " qué día iba a hacer " y determinar, sentado a la lumbre con un trozo de pan tostao en la mano y la botella de aguardiente en la camilla, " pa dónde vamos a ir hoy ".

El cielo nublado de la mayoría de los días de Enero lo obligaba a ser meteorólogo. 

- No está el día pa ir a juntar hoja y los gelechos estarán cargaos de rocío, mejor vamos a la Monte la Rade a sacar raíces.

La Monte la Rade, en la cara norte de Pataloso, era su finca favorita, y allí pasaba las mañanas de los días que no sabía qué hacer.

Estaba cerca de casa por si llovía, venía a comer a casa aunque fuera a las tres, y, azadón tras azadón, iba ampliando el número de surcos de trigo que sembraría al llegar, en el tardío, la sementera.

Pero sus dotes adivinatorias fallaban muchas mañanas. 

Las nubes se iban dejando caer y tras almorzar, se iba a la fragua o intentaba arreglar la brienda o los briendos o el rastro de juntar hoja, junto a la puerta del corral con la luz de la calle, utilizando la " zuela " y algunos palos de roble.

" El día nublao engaña al amo y al criao " decía el refrán, decía el " gato " y decían las " gatas " con el marido sentao a la lumbre y fumando tó el día tabaco " de cosecha propia ".

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