LA ESCOPETA DE UN SOLO CAÑÓN
Sentado al machadero la puerta con la escopeta entre las piernas y el cigarro en la comisura de los labios es la figura de un cazador a la espera de algún compañero.
Cuando yo era niño los " gatos " cazadores eran muchísimos en el pueblo.
Algunos iban de caza con su hijo mayor para que aprendiera el " oficio " porque para algunos la caza era una forma de ayudar a la subsistencia familiar.
En un saco se metían perdices y liebres y conejos para viajar en la baca del coche de línea a la capital.
La caza era muy abundante en todo el término municipal y el domingo era el día favorito para los cazadores.
La sierra y la línea hasta Valdecarros se llenaban de " tiros " y los morrales volvían con las perdices colgadas de los ganchos.
La cocina de la taberna se animaba de voces mientras mi madre preparaba alguna " pieza " para cenar cada noche de domingo y las " mentiras de cazador " me "embobaban " porque cada uno exageraba un poco las mentiras del otro.
Recuerdo aquellas escopetas de un solo cañón que maravillaban a los cazadores " vascos " que acudían invitados a los ojeos de jabalíes y se hospedaban en la posada.
Y mi recuerdo " agradecido " a los " gatos " que me quisieron convertir en cazador sin que yo tuviera nunca una escopeta.
Foto Pinterest.es
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