LOS GATOS . . .
En mi casa siempre hubo abundancia de gatos y de gatas. Muchas más gatas que gatos.
Mi padre decía que con un gato y una gata eran suficientes.
Además cada poco tiempo había una cuadrilla de gatines que se criaban en el sobrao y que una mañana aparecían tras su madre camino de la cocina o, para escribir con propiedad, camino de la lancha de la lumbre, pues todavía no eran capaces de subirse a dormir en el escaño de la cocina.
Mis amigas de la ciudad que tienen gatos en su casa siempre me repiten la misma frase : primero te roban el corazón, después te roban el sofá, luego la cama y para completar el círculo o el cuadrado de la casa, te roban la comida.
Hoy venden comida para gatos.
Es muy fácil reconocer dónde hay gatos en la ciudad : Se ven recipientes de plástico medio escondidos entre los setos con comida y con agua.
Tengo una amiga, emigrante durante muchos años en París, que a su regreso a Alicante tiene una " troupe " de gatos y gatas y gatines a los que atiende junto al seto de una gasolinera.
Cada animal tiene un nombre francés y a todos los saluda cada mañana con un " Bonjour, mes amis ",
Les proporciona comida, bebida, cobijo para la lluvia hecho con paraguas viejos, y cama, montada con un viejo colchón y algunas mantas.
- " Nunca sé cuántos tengo pero todos son mis amigos aunque algunos van y vienen, se pierden y reaparecen, tienen crías y se las llevan a otro lugar: es mi familia en Alicante ".
Foto Google.es
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