ENERO, es el mes primero. SI VIENE FRÍO, es buen caballero.
Enero, el mes primero del año, era un mes muy querido en Cereceda.
Los " gatos " que andaban retrasados hacían las matanzas.
Las heladas mañanas de ese mes se llenaban de olor a gelechos y, cuando íbamos a la escuela, podíamos ver los restos de las " chamusquinas " de los cebones.
Los Reyes Magos nos habían traído alguna anguila de caramelos y confites, alguna naranja que era muy querida en el pueblo y alguna perra gorda para la panza de la hucha cerdito.
Las calles estaban llenas de barro y de charcos y el olor a leña quemada en la lumbre se extendía más alla de la Esquina o de la Poza o del puente de la Pedragosa.
Si había caído la nieve, los muñecos y las bolas " gigantes " llenaban las calles y cerca de la fragua del tío Manolo los muchachos de la calle Larga habíamos hecho nuestro muñeco de nieve con un entramado de hierros y maderas y lo echábamos a rodar por la calle Salida a la Nava, con la esperanza de cruzara la carretera y llegara hasta el río del Periquito.
Habíamos comenzado el mes con la Fiesta del Niño Jesús, la Fiesta de los Niños, en la que sacábamos en procesión por una Plaza helada una imagen " pequeñita " de un Niño Jesús, y sus mayordomos habían repartido caramelos comprados en el comercio de la señora Margarita de Tamames.
Los mozos y las mozas se preparaban para la Fiesta de San Pablo, que duraba tres o cuatro días " porque no tenemos oficio que hacer y este año el Ayuntamiento nos ha dado ochenta duros para la música y para el tamborilero ".
Para mí el mes de Enero era " el mejor mes del año " : la escuela empezaba tras los Reyes y a la semana siguiente se cerraba tres o cuatro días por la Fiesta de San Pablo, uno de los Santos Patronos de Cereceda.
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