OLVIDARON LAS COYUNDAS
Las vacas de Cereceda se uñían al yugo mediante unas coyundas de material.
Nunca vi las vacas atadas al yugo - al yugo de arar o al yugo del carro - con volvederas o sogas de mayor o menor grosor, aunque sabía que en algunos pueblos se ataban las vacas al yugo con volvederas.
Me lo habían contado los gallegos afiladores que cada año antes de San Marcos aparecían por el pueblo, primero con la rueda, después con la bicicleta y en mis últimos años en Cereceda con la motocicleta.
Con esas volvederas las vacas no podían arrastrar el carro de sacos de trigo camino de la fábrica de Arroyomuerto ( hoy San Miguel del Robledo ), ni el carro cargado de haces desde el Valle el Espino, ni el carro cargado de estiércol camino de la " punta arriba " del Teso.
La coyunda sujeta el yugo a la testuz de la vaca y le permite arrastrar una carga mayor y con más comodidad.
Las coyundas protegían a las vacas de heridas en la frente. Heridas que les pudieran provocar las sogas o las volvederas.
Las volvederas eran sogas de poco grosor que se utlizaban para sujetar la carga sobre la albarda de la burra.
Hoy todavía pueden verse coyundas en algún corral, colgadas de un gancho, esperando que alguna mañana su dueño las necesite para uñir la pareja de vacas.
Foto pinterest.es
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