AÑO DE HELADAS, AÑO DE PARVAS
El mes de enero, el primero del año, siempre fué propicio para hacer pronósticos.
Los pronósticos en Cereceda se hacían en la taberna y en la fragua.
Cuando alguien anunciaba una gran helada para la noche, tras sentarse a la camilla de la taberna a jugar un rato al julepe, mi padre siempre decía : como no te quites la pelliza y la cuelgues de la silla, tendremos que sacarte a la puerta del huerto pa que respires porque te vas a ahogar.
Así era.
Los " gatos " llegaban con frío a la taberna envueltos en la pelliza y " echando humo por la boca ", que decía mi hermano, tras haber cenado patatas esbaratás y tocino frito.
El café " portugués " y la copa de aguardiente de Garcibuey les hacían entrar en calor y animarse, muchas noches, a echar al aire una copla de Rafael Farina, el cantante salmantino, mientras mi padre ponía silencio en la cocina para que la gramola del tío Pedro " el catalán " animara toda la casa.
Siempre había algún mozo que había estado " pelando la pava " en el portal de la casa de su novia y llegaba al bar "con más frío que Carracuca ", que yo nunca supe quién era ese hombre o esa mujer.
A esos mozos y a los que iban llegando de sus visitas a Los Pueblos, en " noches de perros ", siempre les decían los viejos " noche de heladas, año de parvas ".
Y, como decía el tío Modesto, que vivía en la calle Larga " la helada cura el salchichón y el jamón y anuncia granos gordos de trigo en el montón ".
¡ Cuánta sabiduría " gatuna " en el pronóstico del tiempo !.
Fotos Google.com y es.wikipedia.org
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