LAS TARDES DE ENERO
Va cayendo la noche : La bruma
ha bajado a los montes el cielo:
Una lluvia menuda y monótona
humedece los árboles secos.
El rumor de sus gotas penetra
hasta el fondo sagrado del pecho,
donde el alma, dulcísima, esconde
su perfume de amor y recuerdos.
¡ Cómo cae la bruma en el alma !.
¡ Qué tristeza de vagos misterios
en sus nieblas heladas esconden
esas tardes sin sol ni luceros !.
En las tardes de rosas y lirios
los dolores se olvidan, riendo,
y las penas glaciales se ocultan
tras los ojos radiantes de fuego.
Cuando el frío desciende a la tierra,
inundando las fuentes de invierno,
se reflejan las almas marchitas
a través de los pálidos cuerpos.
Y hay un algo de pena insondable
en los ojos sin lumbre del cielo,
y las largas miradas se pierden
en la nada sin fe de los sueños.
La nostalgia, tristísima, arroja
en las almas su amargo silencio,
y los niños se duermen soñando
con ladrones y lobos hambrientos.
Los jardines se mueren de frío;
en sus largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
ni hay sumisos suspiros ni besos.
¡ Cómo cae la bruma en el alma
perfumada de amor y recuerdos !.
¡ Cuántas almas se van de la vida
estas tardes sin sol ni luceros !.
Juan Ramón Jiménez ( 1881 - 1958 ) Poeta
Las tardes de Enero es un poema de su libro " Baladas de primavera "
Foto Google.com
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