" DESPERRAO "
Una palabra que yo escuché muchas noches en la taberna de mis padres.
La llegada del frío obligaba a los mozos a pasar una parte de la noche en la taberna, principalmente los domingos.
Una vez terminada la cena en familia, que fué " sagrada " durante muchos años en Cereceda incluso para quienes tenían novia en el pueblo, los mozos acudían a la taberna a tomar un café y una copa , que podía ser de aguardiente o de anís.
Enseguida se formaban dos o tres corros para jugar a las cartas en la sala grande y en la sala chica, alrededor de una camilla con el brasero.
Mi padre, cuando le parecía bien y sin mirar al reloj, que no había, se marchaba a dormir porque tenía que " madrugar " para " apajar " las vacas y atender el ganado.
Yo pasaba a ocupar su puesto de " jefe " de la taberna.
Poco a poco los tres o cuatro corros se iban convirtiendo en dos.
En esos corros se jugaba al julepe de peseta en uno y a las siete y media en el otro.
Al final solamente quedaba el corro de las siete y media al que se iban incorporando los mozos que habían estado con la novia e, incluso, los que habían bajado de visitar a sus novias en Cilleros o en La Bastida.
Cuando yo le preguntaba al mozo que abandonaba la sala y pasaba a la lumbre de la cocina por la causa del abandono, todos me decían las mismas palabras; " M´ han desperrao ".
Significaba que había cogido el camino de perder y perder hasta quedarse sin perras, porque en el juego de las siete y media se jugaba a perra gorda o a real.
Desperrar, en Cereceda, significaba " acabar con el dinero de alguien ".
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