PAN LEUDO, escriño lleno
Es un refrán de pueblo referido al oficio de " masar el pan " en cada casa.
Puede decirse que en Cereceda eran muy pocas las casas en las que no se " masaba " el pan que necesitaba la familia.
Cuando se acababa un pan, se sacaba otro del arcón de madera y se ponía en el escriño.
El escriño con el pan solía estar guardado en un cajón, el denominado " cajón del pan ".
En otras casas el escriño con el pan se dejaba sobre la camilla de la cocina. Ambos - pan y escriño - se tapaban con una servilleta de tela gorda de cuadros azules.
Si tenías hambre y la comida o la cena todavía tardarían un rato, solamente tenías que mover la servilleta y cortar con la mano un " rescaño " de pan.
Recuerdo que mi abuela se enfadaba muchísimo - " me llevan los diablos " decía - cuando destapaba el escriño y se encontraba que le faltaban tres o cuatro rescaños al pan.
En mis años de niñez - 1945 al 1953 - el pan era un alimento " sagrado " pues, como ha escrito Isidro Marcos Martín GATO 2017, cuando se caía un trozo, grande o pequeño, de pan al suelo, lo cogíamos y lo besábamos antes de " llevárnoslo a la boca ".
El pan que salía del horno tenía la forma y el tamaño del escriño que había en casa, y pesaba aproximadamente un kilo.
Fotos Google. com Escriño y pan casero.
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