LA BÁSCULA de la fábrica de harinas
La primera vez que acompañé a mi padre a la fábrica de harinas de Arroyomuerto yo era muy pequeño.
Calculo que tendría cuatro años porque mi padre me llevó en el carro encima de los sacos y mi madre " renegó " porque " el muchacho se va a caer y lo va a pillar una rueda del carro ".
Yo llevé durante una parte del viaje a mi perra Sevino en brazos.
La perrita era muy pequeña y la cuesta desde Cereceda hasta la casilla de Arroyomuerto tiene cerca de una legua.
A llegar a la fábrica, mi padre iba descargando los sacos de trigo y los llevaba a la báscula para conocer su peso y calcular los kilos de harina y de salvado, y la maquila.
La maquila era la cantidad de kilos de trigo que debía " entregar " como pago por la molienda.
Una vez pesado el último saco de trigo, yo me subí en la báscula para ver cuánto pesaba, y después subí a mi perra.
Recuerdo que el molinero me dijo: " esta báscula no puede pesar a esa perrita porque pesa demasiado poco ".
Aquel día aprendí que la báscula era para pesos " grandes " y que a mi perrita debía pesarla en el platillo de la romana que tenía mi madre colgada en la despensa.
Foto pinterest.es
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