NO PUEDE IMPEDIRSE EL VIENTO

Es una frase que un amigo y vecino holandés - de la ciudad de Nimega - gusta de repetirme cuando el viento del oeste sopla con fuerza en la orilla de la Playa de El Albir.

Es frecuente que el viente, tanto el Levante como el Poniente, soplen enfadados en primavera y, sobre todo, en otoño cuando las olas están embravecidas en un mar tranquilo, como se dice que es el mar Mediterráneo.

- No se puede impedir que el viento sople con esta bravura, pero lo que hay que hacer es construir buenos molinos de viento. Eso decimos en Holanda.

En la zona de mi huerto el viento sopla muy fuerte y por esa razón, tenemos los " aldeanos " barreras hechas de cipreses.

Los cipreses se cimbrean muchísimo y no se parten aunque los azote el viento.

Con las " cercas " de cipreses conseguimos - o al menos lo intentamos - que el viento no tire a tierra las flores de los frutales y logremos los frutos de los árboles.

En mi huerto nunca hiela pues las temperaturas " invernales " no bajan de los 10 grados centígrados, pero el viento revoluciona los árboles y las flores se caen.

- Hay que construir molinos pero bien construídos, me dice mi amigo neerlandés.

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