AL ALZAR LOS MANTELES, la cuenta y pagaredes ( pagaréis )
El " alzar los manteles " marca el final de la comida.
Mi amigo sacerdote al que acompañé por tierras castellanas a la búsqueda de documentos en las iglesias para el tema de su tesina y de mi tesis doctoral, decía : " Ya viene el dueño a levantar los manteles. Es hora de que paguemos y nos vayamos ".
Era siempre el dueño quien realizaba esa función por si existía algún problema a la hora de pagar.
A mí me gustaba que el dinero - entonces en billetes de cincuenta o de cien pesetas - estuviera " presto " para entregarlo y aceptar el ofrecimiento de " una copita de aguardiente, regalo de la casa, porque ahí fuera el cierzo hiela la sangre ", en palabras del dueño del restaurante.
Los restaurantes castellanos se diferenciaban de las tabernas porque el dueño tenía el título de " señor " mientras que el dueño de la taberna tenía el título de " tío ", o carecía de él.
En esos "menesteres " de buscar un lugar para comer, mi amigo siempre localizaba el restaurante donde comían los curas de la ciudad o donde se celebraban las bodas.
Ya he contado que en más de tres ocasiones, el padrino nos obsequió un puro y la madrina un recuerdo de la boda, con el pensamiento de que formábamos parte de los comensales del banquete.
Esas bodas antiguas de pueblo solían ser muy concurridas y los parientes del novio desconocían a los parientes de la novia y viceversa.
Foto google.com
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