DEBE LLEVAR UN BASTÓN
Lo conocí cuando era joven y caminaba muy " derecho " con la mirada en la lejanía.
Hoy, al saludarlo de nuevo, me he fijado en su bigote, porque él siempre criticó mi barba, aunque sea arreglada cada mañana.
Entonces vestía " a estilo inglés " y llamaba la atención porque él había añadido, " por mi cuenta y riesgo ", me dijo, una elegante pajarita.
Su paraguas era grande y negro.
Ese paraguas se parecia al paraguas que solíamos llevar los " papás " al campo de San Mamés porque bajo su amplio círculo se podían resguardar del sirimiri tres personas.
El paraguas le servía de apoyo por las resbaladizas calles del Casco Antiguo de su ciudad, su zona favorita y también la mía.
Hoy me lo he encontrado con una cayada rematada por un taco de goma.
- La gente dice que así se agarra mejor al suelo y no resbala, me ha explicado al darse cuenta de mi mirada hacia el extremo de su cayada.
Se llamaba - y supongo que no ha cambiado su nombre - don Germán y acudía cada mañana a la bancos para informarse de cómo iba la Bolsa de Bilbao.
Desconozco qué acciones negociaba o a qué Banco representaba, pero, si yo hubiera tenido dinero, se lo hubiera entregado para que comprara acciones a mi nombre y las negociara.
Hoy " aparenta " estar jubilado y esconder su vida de " hombre importante " bajo una gabardina azul, con una mano en el bolsillo del pantalón y la otra sujetando una cayada.
- Con ese " atuendo " debe usted llevar un bastón, le he dicho.
Don Germán, hoy jubilado y quizás con otro nombre, ha mirado al suelo y ha seguido su caminar.
Foto pinterest.es
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