LA FERIA DE SAN ANDRÉS
Esta festividad cierra el mes de noviembre: " Bendito mes que empieza con los Santos y acaba con San Andrés ", decía mi abuela, conocedora de todas las fiestas religiosas que se celebran a lo largo del año, pues había tenido un tío cura en el Campo Charro.
Mi madre me contó que a mi abuelo Matías y a su segunda mujer, llamada Águeda - la primera mujer se llamaba Isidra y era la madre de mi madre - les gustaba acudir a la Feria de San Andrés de Ciudad Rodrigo.
En aquellos años las ferias de ganado eran con ganado presencial - vacas o novillas o churros, al igual que ovejas o " borregos " -que se llevaba " andando por los caminos y las carreteras y de esa misma forma regresaban a sus corrales los que no se vendían y los que se compraban y los que se cambiaban.
Era muy frecuente que los animales cambiaran de dueño, bien " pelo a pelo ", es decir, el uno por el otro, o con un añadido de reales, por el antiguo o por el nuevo dueño.
Mis abuelos faltaban de casa tres o cuatro días, por la ida y la vuelta y un día en la feria.
- A veces hasta una semana, me contó mi tía Luisa, hermana de mi madre.
Si se avecinaban tormentas de nieve, entonces se quedaban en casa y esperaban otra feria en primavera para vender, comprar o cambiar.
A mi abuelo le gustaba " trapichear " en la Feria de San Andrés, " casi tanto como jugar a la calva ", me dijo muchas veces.
Fotos google.com y salamancartvaldia.es
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