A CADA ÁRBOL SE LE CONOCE POR SUS FRUTOS
Los " gatos " y las " gatas " añadían " y a las personas por sus hechos ".
Siempre me llamó la atención la dificultad que yo tenía para distinguir los árboles de los linares y de los huertos " alredor " del pueblo durante los meses de invierno.
Con la llegada de la primavera aprendí a diferenciar ciruelos y perales y manzanos y guindos - los frutales más abundantes en Cereceda - por el color de las flores.
En cambio había muchachos que los diferenciaban de lejos aunque fuera en invierno.
Ya he contado que mi padre me " daba lecciones de agricultura " y me enseñaba los nombres de todos los productos que había en el huerto de la Calleja el Castaño y los nombres de los frutales que él había plantado allí.
Y también he contado que mi vecino, el tío Remigio, tenía en el huerto de casa - y allí seguía hace unos años - un manzano que daba manzanas y peras.
Yo lo consideraba un árbol " milagroso ", y fué Don Lamberto quien me explicó - ante una pregunta que yo le hice por consejo de mi padre acerca de ese árbol - que algunos frutales podían ser injertados de yemas de otro frutal y " dar cosecha " de dos frutos diferentes.
Hay algunos árboles frutales que " se burlan " del refrán.
Foto Google.com Injerto de púas en frutales
No hay comentarios:
Publicar un comentario