MOLLINO y su perro
A Mollino cuyo nombre le viene de ser hijo del molinero, lo llamó Mollino - en lugar de Molino - el tío Luís " Corretejas " porque le gustaba poner letras dobles al nombre de los muchachos del pueblo: a Luisín lo llamaba Lluisín y a Mariano lo llamaba Marriano.
A él lo llamaban " corretejas ", de apodo, porque era el más atrevido del pueblo a la hora de subir a un tejado para arreglar las goteras.
- Yo no soy albañil. Yo sólo me limito a correr las tejas de la canal donde está la gotera. Así la gotera estará en la teja del alero, explicaba a todos los " gatos " riendo.
A Mollino lo conocía todo el pueblo.
Sus dos " distintivos " - decía Don Cesáreo el párroco - eran su perro Canuto y su gorra visera.
La gorra la había heredado de su padrino Jeremías.
Su padrino había sido guardia civil en la Raya portuguesa y " falaba " portugués cuando estaba algo bebido.
La gorra de Jeremías le estaba un " poco " grande pero a Mollino le gustaba esa gorra.
- Es una gorra de hombre, decía.
Al igual que sus tirantes de cuatro botones, dos para un tirante y otros dos para el otro tirante.
Su padrino le había enseñado a " pescar " ranas a mano, y por esa razón, llevaba siempre la " bajera " de los pantalones " arremangá ".
Mollino era amigo del alguacil, el tío Venancio, y muchas veces era él quien hacía sonar la bocina por las calles del pueblo para aunciar el bando.
Para tocar la bocina se quitaba la gorra y la cogía con la mano izquierda porque " para tocar la bocina me sobra con una mano ", decía a las " gatas " que salían a escuchar el bando.
Mollino era el " personaje " más conocido del pueblo, a pesar " de sus escasos ocho años "
Foto pinterest.es
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