martes, 4 de marzo de 2025

 MOLLINO y su perro







A Mollino cuyo nombre le viene de ser hijo del molinero, lo llamó Mollino - en lugar de Molino - el tío Luís " Corretejas " porque le gustaba poner letras dobles al nombre de los muchachos del pueblo: a Luisín lo llamaba Lluisín y a Mariano lo llamaba Marriano.

A él lo llamaban " corretejas ", de apodo, porque era el más atrevido del pueblo a la hora de subir a un tejado para arreglar las goteras.

- Yo no soy albañil. Yo sólo me limito a correr las tejas de la canal donde está la gotera. Así la gotera estará en la teja del alero, explicaba a todos los " gatos " riendo.

A Mollino lo conocía todo el pueblo.

Sus dos " distintivos " - decía Don Cesáreo el párroco - eran su perro Canuto y su gorra visera.

La gorra la había heredado de su padrino Jeremías.

Su padrino había sido guardia civil en la Raya portuguesa y " falaba " portugués cuando estaba algo bebido.

La gorra de Jeremías le estaba un " poco " grande pero a Mollino le gustaba esa gorra.

- Es una gorra de hombre, decía.

 Al igual que sus tirantes de cuatro botones, dos para un tirante y otros dos para el otro tirante.

Su padrino le había enseñado a " pescar " ranas a mano, y por esa razón, llevaba siempre la " bajera " de los pantalones " arremangá ".

Mollino era amigo del alguacil, el tío Venancio, y muchas veces era él quien hacía sonar la bocina por las calles del pueblo para aunciar el bando.

Para tocar la bocina se quitaba la gorra  y la cogía con la mano izquierda porque " para tocar la bocina me sobra con una mano ", decía a las " gatas " que salían a escuchar el bando.

Mollino era el " personaje " más conocido del pueblo, a pesar " de sus escasos ocho años "


Foto  pinterest.es

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