EN MARZO, MARZADAS, aire frío y granizadas
Las " gatas " le tenían miedo a las " marzadas ".
Si las flores y el perejil y la yerbabuena que tenían en el huerto pegado a la casa habían aguantado las " locuras " de febrerillo - mi abuela siempre lo llamaba en diminutivo - era llegar marzo y " quemarlo todo ".
La fruta de las flores de febrero nunca llegaba al frutero, y la culpa la tenían las " marzadas ".
Un día aparecía una " tronera " con muchas " chispas " y los granizos destrozaban las hojas nuevas de los frutales.
Pero " esta noche, decía mi padre, no queda ni una flor en los guindos. Y eso que los guindos son mucho más " duros " que los cerezos ".
Además, te decían las señoras " gatas ", el mes de marzo es muy largo comparado con febrerillo el corto.
Igual pasaba con el ganado.
Las ovejas temían al granizo que aparecía cuando el ganado salía del monte y, en campo abierto, se encaminaba a los corrales.
- " Vienen " transías " con la granizada que ha caído. Vamos a echarles unas latas de cebada y a esperar que la helada de la noche no traspase el tenao de la paja ".
El tenao de la paja y el tenao del heno se interponía entre la zona donde dormían las ovejas y el tejado.
Las " marzadas " siempre fueron malas para los " gatos " que eran agricultores y ganaderos.
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