" DIOS SÓLO ME HA DAO DOS MANOS "

Mi madre y muchas " gatas " se quejaban de que Dios solamente les hubiera dado dos manos.

- Tengo que sacar al " cercao " tres corderinas pa que estén al sol y empiecen a comer la cebada, ahora que está tierna, pero Dios sólo me ha dao dos manos, decía mi madre cuando, cerca del mediodía, llevaba corderines y corderinas al huerto de la calleja El Castaño para que dejaran de balar en el corral, pues sus madres estaban en la piara.

- Tengo que bajar a lavar al puente Cantería. La tajuela y el barreñón y el calderete con agua caliente y mi ahijado, que hoy su madre se ha ido a sembrar patatas pa Las Dos Cerrás. No sé cómo me las voy a arreglar, porque Dios sólo me ha dao dos manos, decía mi tía Floripe.

- ¡ Necesitaría cuatro manos pa atender a los mis nietos y a las dos muchachas de la Miri !. Pero Dios sólo me ha dao dos manos, decía una " gata " vieja, rodeada de críos.

Cuando tenían que ir a buscar agua a la Fuente Chica o a la Fuente Grande de la Esquina, llevaban la cántara, vacía sobre la cabeza y en el cuadril, tapada con la toquilla llevaban a la su muchacha, que no la podían dejar sola en la cocina, " no sea que se caiga a la lumbre ".

Las " gatas " de mi niñez tenían dos manos, que Dios les había dado y otras dos que ellas se " inventaban " a la hora de atender aa los sus muchachos y a las sus muchachas y a los críos de las vecinas.

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