" EN NÚMEROS REDONDOS SON . . . "
A mi padre le gustaban los reales.
Acostumbraba a hacer la cuenta a las personas que acudían a la posada, siempre en reales.
El coste de la cena o el de la paja o el medio celemín de cebada, lo calculaba en reales. A él le gustaba que el afilador o el aceitero o el enchinador de trillos o el quincallero o el " jefe " la cuadrilla de portugueses que habían dormido en el pajar hasta las cinco de la madrugada, le dijera el coste de afilar los cuchillos, o el de la cuartilla de aceite que mi madre le había comprado al aceitero, o el precio de las chinas del trillo y el clavarlas con un martillo pequeño en el trillo grande de las vacas, o la " quincalla " que mi madre había comprado o los kilos de café que había adquirido a los portugueses para revenderlos por los pueblos de los alrededores a los dueños de las tabernas, lo quería en reales.
- Si no me lo dices en reales, ¿ cómo quieres que Nachito haga la cuenta ?, les preguntaba.
Yo era su contable y hacía las cuentas en la mi pizarra con el mi pizarrín " casero ".
Cuando yo no estaba en casa para hacer la cuenta, mi padre siempre decía : " en números redondos me debes dieciocho reales, o en números redondos te tengo que pagar catorce reales "
Luego me pedía que yo le hiciera la cuenta " bien hecha ", con pizarra y pizarrín, para saber si habia salido ganando o si había salido perdiendo por redondear las cuentas.
Con la aparición de las libretas y los lapiceros, mi padre comenzó a pensar que ahora le sería más fácil hacer las cuentas, aunque de esta forma " ni ganaría ni perdería ", decía mi madre.
Mi padre era Cándido el tabernero de Cereceda, y mi madre era Constantina la posadera de Cereceda.
Cada uno tenía su adjetivo " pegado " al nombre.
Foto Google.com Una pizarra para ir a la escuela, era el único " material " que yo llevaba a la escuela.
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