UN SUEÑO DEL TARDÍO
Con el final del verano y los trabajos de la siega o de la guadaña o de los linares, era muy frecuente ver a un " gato " sentado al machadero la puerta echando un sueño.
El tío Juan, con la gorra y el palo al brazo se ha quedado dormido a la espera de la comida, sentado al machadero la puerta.
Era la época del comienzo del tardío cuando los trabajos eran visitar los linares para ver si las patateras - las plantas verdes de las patatas - estaban secas y había llegado el día de sacarlas, o la visita a los praos en los que tenía las vacas y las novillas y los churros durante el día y la noche porque a la ganadería vacuna le agradaba pasar los días sin visitar el corral.
Y hasta que no llegara la Feria de setiembre de Tamames, y se los llevara al ferial, había que " entretenerlos " sin gastar mucho pienso, pues nunca se sabía si iban a valer mucho o poco.
- Ahora no tenemos trabajo, decían los " gatos " en la plaza.
Pronto llegarían de nuevo las labores de los huertos y las tierras.
Había que sacar las patatas y había que " tirar el estiércol " en las tierras y prepararlas para la sementera que, según estuviera el tiempo, sería temprana o tardía.
Mientras esos trabajos llegaban, los " gatos " se entretenían en " levantar portillos " de las paredes de los linares y de los praos a orillas del río Yeltes, que, enfadado durante el invierno, las había " tirao " y las piedras habían ido río abajo.
El trabajo de " sacar las piedras del río " era, según la opinión de mi padre " tiempo perdío " porque el próximo invierno el río volverá a caer las paredes y las piedras estarán otra vez en su cauce.
Pero " había que matar el tiempo " sin ir a la taberna o a la fragua.
Foto pinterest.es.
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