NO INTENTES PONER RECTA la sombra de un bastón torcido
Mi abuelo Matías decía que a algunas vacas era imposible enseñarlas a arar o a tirar del carro.
Si un animal adquiría unos hábitos era imposible cambiarlos.
También lo decía hablando de algunas personas.
- " Lo que es demás, es demás ", que para él significaba la imposibilidad de cambiar la " suerte " buena o mala de una tarde jugando a la calva en la calle Salida al Cabaco.
Cuando alguno de los " gatos " viejos caminaba con su bastón por la plaza al mediodía, cuando el sol " caía " vertical en el mes de julio, era difícil separar la sombra de la prsona de la sombra del bastón. Parecía que había una sola sombra.
Pero a algunos " gatos " les gustaba llevar la " cayá " de compañera. Una " caya " que ellos se habían hecho con un rebollo joven al que arrancaban del suelo para torcerle un trozo que, atado con una cuerda, esperaría a secarse antes de meterlo en el horno, una vez sacado el pan, para que adquiriera la forma de " cayá ".
Si la cayá salía del horno torcida era imposible enderezarla.
Y su sombra acompañaría al dueño de la " cayá " por la plaza en julio un poco separada de él aunque fueran las doce en punto, según el horario del sol.
Foto Google.com
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