SER VIEJO ES UN PRIVILEGIO.

Los seguidores del blog saben que a mí me gusta llamar a las cosas por su nombre.

Hoy día la palabra viejo se quiere eliminar del diccionario para el significado que siempre ha tenido en Cereceda.

Yo presumo de haber sido amigo de los " viejos " del Altozano - la Plaza del núcleo primigenio de Cereceda - entre los que se encontraba mi abuelo Matías.

Ellos me enseñaron " casi " todas las cosas que sé, porque la Universidad y la vida tan sólo me las han confirmado.

Cuando jugaba a la brisca, sentado a la camilla de la sala de la taberna de mis padres, en un corro de viejos, a la espera de la llegada de alguno de ellos, cuando " aparecía " , siempre me decía " tú juegas a la brisca mejor que todos estos viejos ", y él era uno de ellos.

Mi padre, que no sabía refranes sino sentencias, decía " ¡ qué malo es llegar a viejo, pero es peor no llegar ! ".

La vejez no comienza a una edad determinada de años, y, por eso, en Cereceda se escuchaba la frase  " éste parece un viejo " o " María - que se suponía todavía no había llegado a la edad de la vejez - se viste como una vieja ".

También se empleaba la palabra " anciano ", que se refería a una persona " vieja " pero a la que se tributaba un respeto, unas veces por sus estudios y otras veces por sus méritos personales.

A esas personas se les anteponía el " don " o el " señor " y los vecinos nunca le llamaban " tío " o " tía ".

En el blog hablo en ocasiones de la " gata " anciana : a ella le sobran años, cariño y respeto.

Foto  vivencias en letras.com