" ¿ Y SI BAJAN . . . ?
Yo no tengo churros ni vacas, pero me interesa, como ganadero hace muchos años, el precio de los churros, que es el nombre que " damos " en Cereceda a los terneros.
Los churros los vendíamos en el ferial de Tamames.
Las churras eran " cuenta aparte ". Siempre se podían quedar en casa, convertirse en novillas y criarlas a cambio de vender una vaca vieja.
En aquellos años - 1945 hasta 1955 - eran muy escasos los animales que se vendían en el pueblo.
- Preferíamos llevarlos a Tamames y venderlos en la feria porque allí había muchos chalanes comprando y siempre valían más que en el corral.
- Pero te ahorrabas el paseo con pérdida de kilos y los gastos de la guía del veterinario, el punto y la báscula.
- Además, si no los vendías y tenías que volverlos al corral, había que echarles pienso otros quince días, y volver a Tamames.
Yo recuerdo que a mi madre le disgustaba que volviéramos con el churro al corral.
- Es mejor vender aunque haya que perder dinero que traerlo otra vez pa casa, decía.
Hoy, mientras sigo las noticias por los periódicos de Salamanca, me vienen a la memoria algunas expresiones de las " gatas ", que controlaban el dinero pero que nunca atendían los churros: " Y, ¿ si después bajan . . . ?.
- Nunca se sabe lo que va a pasar, sentenciaba mi padre, amigo de muchos chalanes de Guijuelo o de Béjar o de Ciudad Rodrigo o de Zamora.
A mi padre no le gustaban los chalanes de Salamanca ni de Valladolid ni de Madrid, porque " ésos saben demasiao ", decía tras la barra de la taberna.
Foto Google.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario